lunes, 29 de agosto de 2011

La lucha de los estudiantes en Chile


A escala mundial los estudiantes chilenos son un ejemplo de lucha y tenacidad pues con sus movilizaciones iniciadas desde mediados del mes de mayo, han demostrado decisión en no retroceder al momento de exigir al gobierno derechista de Sebastián Piñera garantizar una educación pública y de calidad para cada chileno.
Durante ya mas de tres meses miles de estudiantes, padres de familia, trabajadores y maestros han protagonizado en Chile movilizaciones y paros históricos no vistos desde la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El pasado 22 de mayo los trabajadores y la juventud daban muestras muy claras de una fuerte inconformidad con el gobierno de Piñera; para ese día se reunieron más de 100 mil chilenos en 35 ciudades distintas por motivo del segundo informe de Gobierno. Seguido de esta situación los estudiantes al no sentirse conformes en avances en el tema educativo y además de percatarse que las reformas planteadas por el gobierno eran mantener el sistema educativo heredado de la dictadura y avanzar en una serie de regresiones en la enseñanza, se convoca a un primer paro el 1 de junio. Ese día solamente en Santiago, la capital de Chile, se aglutinaron 30 mil estudiantes iniciando con ello una escalada de tomas de institutos, llegando al 26 de junio con 600 liceos de secundaria tomados. A la fecha podemos hablar de la totalidad de las escuelas secundarias y universidades paradas y controladas por el movimiento estudiantil. Estos paros no sólo han incorporado a las escuelas “publicas” sino también a las privadas.
Ya para el 16 de junio la convocatoria contaba con 200 mil asistentes en todo Chile. Quince días después este mismo número de manifestantes se repetía solamente en una concentración frente al palacio de gobierno, La Moneda. Lo que hemos presenciado a lo largo de todo el mes de julio y lo que va de agosto (marchas, paros, plantones, huelgas de hambre, caminatas, cacerolazos, maratones, tomas de instituciones públicas e incluso la ocupación de Chilevisión por unos momentos, etcétera) demuestra, muy a pesar de la brutal represión que arroja la fecha más de 1,914 estudiantes detenidos, el potencial revolucionario tan enorme que tiene la juventud chilena, misma que está dispuesta a ir hasta el final con tal de transformar esta realidad que lo único que nos garantiza es miseria y explotación.

Privatización de la educación

Estos hechos no han surgido de la nada. Desde la dictadura de Pinochet el presupuesto educativo en Chile se fue reduciendo del 7% del PIB en 1973 al 2.4% al final de la dictadura. En la actualidad se le destina un 4.4% del PIB nacional a la educación cuando por lo menos se necesita un 8% para ir resarciendo los problemas actuales, de acuerdo a la ONU. También durante este periodo se aprobó la municipalización de la enseñanza, significando que la administración y financiamiento de esta ya no correspondiera al Estado en su conjunto sino a la administración de municipios y comunidades donde están ubicados los institutos; esto en los hechos trae como consecuencia que los municipios tengan que obtener recursos privados para su funcionamiento aunque sean instituciones públicas. Otro estrago de la dictadura es la creación indiscriminada de escuelas privadas, situación fomentada por la misma, del millón de universitarios que hay en chile el 80 % estudia en escuelas privadas creadas en la época de Pinochet. Y en el caso de la educación secundaria de los 3.5 millones de estudiantes de este nivel el 50% estudia en escuelas subvencionadas en las que el Estado y los padres contribuyen con el pago de las mensualidades, el 40 en “públicas” y el 10% en privadas.
A todo esto el apoyo en becas es sumamente reducido, teniendo las familias trabajadoras como única alternativa para financiar los estudios de los hijos, el uso de créditos privados que alcanzan el 5.3% de intereses. Estos créditos incluso son más altos que los hipotecarios, esto significa que ¡te sale más caro pagar la escuela de tus hijos que adquirir una vivienda! En la actualidad según el propio Piñera hay más de 110 mil estudiantes que no han podido pagar sus créditos.
La situación es tan grave que la propia Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO), admite que Chile es el único país en todo el mundo que cuenta con la educación universitaria casi en su totalidad privatizada.
Es decir que las escuelas se encuentran financiadas por empresarios particulares que no ven en la educación otro fin que el lucro y la obtención de ganancias. Como cualquier negocio uno tiene derecho a acceder a este si tienes la posibilidad de pagarlo; bajo ese panorama la educación en Chile se volvió un magnifico negocio. Por ejemplo un universitario al finalizar sus estudios adeudará a las instituciones de crédito ¡30 mil dólares!
Esta insoportable situación arroja el siguiente saldo: uno, la exclusión de miles de jóvenes hijos de trabajadores de la educación; dos, que los que tienen acceso a la educación sea a costa de endeudarse hasta el cuello y, tres, que la deserción escolar vaya en aumento debido a la crisis económica, que aunque Chile tiene un crecimiento anunciado del 6% para 2011, esto no se ve reflejado en la economía de los trabajadores Chilenos.
Ante la realidad tan difícil de la educación se suman otras problemáticas: el desempleo alcanza el 7%, además de que el 18,9 % de los chilenos viven en la pobreza y el salario mínimo es de 172 mil pesos chilenos (4,465 pesos mexicanos). Todo ello paralelo al hecho de que las cuotas escolares en promedio son de 220 mil, además de que los precios del gas han aumentado drásticamente.

Lucha de clases

La oposición por parte de habitantes a la construcción de las cinco hidroeléctricas en la zona protegida de la Patagonia, los damnificados que siguen reclamando indemnización tras el sismo y tsunami del 2010, la lucha de indígenas Mapuches y los problemas de índole sindical que atraviesan todo el país son solo una muestra que Chile no es el país estable que quiso mostrar Piñera en su visita a México el pasado mes de julio, sino todo lo contrario.
Una primera muestra del fastidiado ya existente dentro de la juventud fue la lucha de los estudiantes de secundaria en el 2006, la llamada lucha de los pingüinos, que exigía la derogación de la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, promulgada por Pinochet en 1990) y el desmantelamiento de la municipalización. Esta batalla magnifica antecede a este gran movimiento actual que continua reivindicando la educación pública, democrática, gratuita y de calidad para todos y sigue reclamando en que se elimine la municipalización, aumento al presupuesto educativo y la democratización de las escuelas.
Esta batalla ya tiene connotaciones históricas, porque desde hace décadas la juventud chilena no salía a luchar con esa grandeza. Estos hechos podrán sorprender a uno que otro analista que decía que la juventud era apática, apolítica e indiferente, aquí les demostramos todo lo contrario. Estos acontecimientos se enmarcan y se suman al tejido de movilizaciones a nivel internacional de la juventud y de los trabajadores en defensa de nuestros derechos más básicos ante la ofensiva del capitalismo de arrebatarnos lo poco que poseemos. No debe quedarnos ninguna duda que las demandas de los estudiantes chilenos son completamente justas y debemos de apoyarlas; un paso al frente en esta batalla significará un paso también en nuestra lucha por la defensa de la educación pública en México y en todo el mundo.
Esta lucha de ser victoriosa se traduciría en un duro revés a la burguesía y sus planes de seguir lucrando con la educación y por ello dicha clase no estará dispuesta a dejar este excelente negocio sin resistirse, por ello los estudiantes debemos plantear la unidad con el movimiento obrero y agitar en torno a un huelga general en todo Chile exigiendo solución no sólo del problema de la educación, sino también de todas las demandas del pueblo chileno.
El movimiento estudiantil chileno ha demostrado mucho potencial, ahora es necesario demostrar que somos capaces de paralizar todo chile en unidad con el movimiento obrero. La clave de la victoria en la lucha es la vinculación con los trabajadores, debemos de pugnar por que los paros trasciendan las escuelas y se extiendan a las fábricas, minas y empresas. La unidad en una huelga nacional de estudiantes y trabajadores adoptando un programa que reivindique a la verdadera educación pública, aumento salarial de emergencia ante la crisis, renacionalización de la minería bajo control de los trabajadores, alto a las hidroeléctricas en zonas protegidas, derechos democráticos a los indígenas, alto a la inflación en la electricidad, gas y alimentos etcétera, pondría al gobierno de Piñera en lona. La discusión de un programa que aborde los problemas de la población pobre chilena significara poder ampliar el movimiento y proveerlo de nueva y más fuerza.

La lucha por el socialismo

La lucha de los estudiantes chilenos es un eslabón más en la cadena de movilizaciones y luchas que está llevando a cabo la juventud y la clase obrera a nivel mundial por mejorar las condiciones de vida que padecemos pues el capitalismo solo nos ha ofrecido miseria y explotación. Los estudiantes chilenos, al igual que la juventud proletaria en el Estado Español, en Inglaterra, Francia, Grecia o en el mundo árabe, están demostrando no estar dispuestos a recibir con los brazos cruzados los golpes de esta crisis y que, por el contrario, están decididos a ir hasta el final en sus demandas. Es común ver en la pancartas de las movilizaciones la necesidad de transformar de raíz a la situación actual y esto es posible en medida que la lucha de la juventud y de la clase obrera se unifique no solo expropiando las escuelas para ponerlas bajo control de la comunidad escolar, sino además con la clase obrera tomando bajo su control las principales palancas de la economía y la planificación de la producción en todas las aéreas de la sociedad, es decir por medido de la eliminación de la propiedad privada y la instauración de socialismo.
La lucha de los estudiantes chilenos significa un ejemplo muy claro para millones de jóvenes proletarios a nivel mundial sobre el camino a seguir en la defensa de sus intereses, porque a pesar de la represión la movilizaciones continúan e indican que la juventud como la clase obrera no tienen nada que perder en su lucha contra el capital más que las cadenas que nos condenan a la explotación y a la miseria.

Únete al Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y lucha por una educación pública gratuita, de calidad y científica.

¡Viva la lucha de los estudiantes chilenos!

¡Viva la lucha de la clase obrera a nivel mundial!

¡Unidos y organizados… venceremos!

Valeria Patri

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