domingo, 3 de julio de 2011

Libia, la otra guerra fea de Canadá

Publicado el 27 junio, 2011 por alternativalatinoamericana

Los miembros de la OTAN, incluyendo Canadá, continúan con su campaña de bombardeo masivo contra Libia en una guerra que puede quebrar el record en cuanto a casualmente romper la ley internacional y mentir sobre los motivos de la Guerra. No hay mandato para involucrarnos en un “cambio de régimen,” y sin embargo todo el mundo, incluso el gobierno de Harper, admite abiertamente que eso es, precisamente, lo que está haciendo.
Canadá ha dicho que solamente que la caída de Gadhafi ha de satisfacer a la OTAN. Notemos que la meta es no satisfacer a las Naciones Unidas –quien les dio el mandato de proteger civiles de los ataques del gobierno libio- sino a la OTAN, la alianza cuyo mandato se supone es la defensa mutua de las naciones del Atlántico Norte.
Nadie se refiere a esta guerra contra Libia como una conspiración criminal, pero el término le sería perfectamente apropiado. Y, yo supongo, no debería sorprendernos que una organización que constantemente viola su propio mandato pestañee siquiera mientras viola el mandato de otro, que ellos se han tomado. La OTAN, con casi ningún comentario de ninguna parte, se ha vuelto la agencia de intervención militar; su meta es proteger a las naciones industrializadas de occidente -no de amenazas militares sino económicas: la amenaza de aumentos en los precios del petróleo y de una pérdida gradual de acceso al petróleo y al gas del Cercano Oriente (u Oriente Próximo).
Parece haber poco interés público en esta guerra, guerra en que los perpetradores mienten como niños de seis años cogidos al lado de la lata de galletitas y que lo hacen simplemente porque hasta ahora se han salido con la suya. Tan rápidamente fue la guerra de “protección a civiles” transformada en una de “ajustarles las cuentas al malo de Gadhafi,” que los gobiernos de occidente pensaron que todo lo que tenían que hacer para pacificar a sus poblaciones era mostrar algunas fotos del Coronel Gadhafi viéndose demente o contar historias sobre su conducta excéntrica. Los canadienses se oponen, actualmente por un margen substancial (por más de dos a uno según encuesta de Globe) a que esta guerra se extienda. Pero la CBC tan recientemente como en Junio 1 reportó equivocadamente que “Canada está ayudando a implementar la zona de no vuelo como parte de una operación multinacional.” Y los partidos de la oposición han apoyado sin examinar esta locura. Entonces, mientras la prensa y los partidos de oposición acepten las mentiras, la máquina de guerra de Harper — unas 650 tropas y más de una docena de bombarderos — pueden continuar sus asaltos sin pagar precio político.
Hay tantas cosas sobre esta guerra que son ridículas, deshonestas, de aficionados y simplemente moralmente equivocadas, que Canadá y los otros “fabricadores de guerra” se han despreocupado de hacer siquiera esfuerzo serio alguno para justificarla. Simplemente, han reconocido un Consejo “gentuza” de Transición Nacional como “representante legítimo” del pueblo Libio -aunque este no pueda demostrar unidad de ninguna especie, excepto en cuanto a su propia avidez de poder. No tiene plan para la democracia, ni visión del país más allá de Gadhafi. Detràs de las escenas, los genios de la OTAN que orquestan el show admiten que ellos no tienen ni idea de cómo se verà el país si esta pandilla de oportunistas que nadie ha elegido y que no representan a nadie, lograra en algún momento llegar al poder.
La conversación constante sobre los “crímenes de guerra” y los “crímenes de lesa Humanidad” parecen igualmente oportunistas y un tanto predecibles –es el fuego con que la OTAN cubre su flagrante violación a la ley internacional y al mandato de las Naciones Unidas y su propio asesinato de civiles (inevitable, en bombardeos aéreos). Las acusaciones de violaciones son usadas sistemáticamente como arma, hasta ahora sin ninguna evidencia sobre la que las NU pueda estar de acuerdo, lo que me recuerda la horripilante historia sobre “arrancar bebés de incubadoras” que fuera creada por la firma de relaciones públicas Hill & Knowlton para venderle al público norteamericano la primera guerra contra Irak.
Hay riesgos grandes aquí para la OTAN y los EEUU. Los EEUU lo saben y estaban aterrorizados de la reacción en las calles árabes a aún otra guerra contra países musulmanes, tanto que tienen que pretender que actúan en un rol de apoyo solamente. La mayor parte de la Unión Europea lo sabe también, razón por la cual varios socios han sido renuentes a una guerra contra un país que les exporta la mayor parte de su petróleo a ellos. La Coalición de los “No tan Dispuestos” se está volviendo más tenue incluso a medida que la “misión” se extiende. Canadá está tan avergonzado como ellos, perro faldero de los EEUU de una forma incluso más descarada que en Afganistán.
Entonces, ¿Que es lo que hace que eliminar a Gadhafi valga el riesgo de años de caos en Libia –y la pena de soportar repetidas acusaciones de hipocresía siendo que Siria y Bahrain han estado (y están) completamente libres por sus asaltos criminales a civiles (desarmados)?
No es simplemente el petróleo, aunque eso parece ser el punto de inflexión como escribió por allá en marzo el columnista de AsiaTimes.com Pepe Escobar. De acuerdo a Escobar, Ghadafi declara en marzo 15 que “No podemos confiar en las firmas occidentales de petróleo, ellas han conspirado contra nosotros.… Nuestros contratos de petróleo van a ir a firmas rusas, chinas e indias.” El bombardeo, iniciado por Inglaterra y Francia, comenzó unos días después. Se ha hablado mucho sobre el surgimiento de los BRIC — Brasil, Rusia, India y China — pero la idea de que estas economías competidoras con las economías de la OTAN pudieran poner sus manos en el petróleo libio fue demasiado para los ya vulnerables europeos y sus apoyantes “no tan dispuestos” en Washington. El único resultado cierto es que si Gadhafi cae, el petróleo del país, ahora nacionalizado, terminará en las manos de las petroleras occidentales.
Pero no es sólo petróleo. Liquidar la imagen de Gadhafi como si no fuera nada más que un excéntrico, o hasta un loco, es terminar con quien ha sido responsable más que ningún otro líder africano de crear instituciones independientes que desafíen a Occidente –incluso al FMI. Por años, Africa ha sido forzada a pagar cifras exorbitantes — $500 millones al año —para usar satélites europeos de comunicación por teléfono, televisión y radio. Los países africanos no podían obtener dinero para su propio satelite hasta que Gadhafi puso hasta $300 millones de los $400 millones necesarios. Los países africanos ahora pagan una pequeña fracción de lo que solían pagar. Las compañías de la Unión Europea perdieron el privilegio de robar Africa.
Ningún otro líder viviente africano puede recibir tanto crédito por darle dirección a la Unión Africana como Gadhafi, quien no recibe ningún crédito de los países occidentales y sus instituciones. Los EEUU han congelado ilegalmente
US$30 000 millones que le pertenecen al Banco Nacional de Libia, bienes que fueron, de acuerdo con el escritor africano Jean-Paul Pougala, “marcados como la contribución Libia a tres proyectos claves que le agregarían toques finales a la Federación Africana — el Banco de Inversión Africana en Syrte (Libia), el establecimiento el 2011 del Fondo Monetario Africano que se basará en Yaounde con US$42 000 millones de capital y el Banco Central de Nigeria con base en Abuja.” El Fondo Monetario Africano se espera que completamente eliminara la influencia perniciosa del FMI y su agenda de privatizaciones obligadas. Los fallidos esfuerzos occidentales de dividir la unidad africana a través de alianzas vuelven a estar sobre la mesa ahora que se anticipa la caída de Gadhafi.
Una vez más la regla simple de “seguir al dinero” –y al poder- aplica si uno quiere descubrir las razones verdaderas detrás de la OTAN y las aventuras de los EEUU. Gadhafi ha sido una espina en el lado de Occidente por mucho tiempo –una espina mucho más grande como fuerza en favor de la unidad africana que la que fuera en apoyo al terrorismo.

Estuve mirando por televisión a los miembros del NDP votar en el Parlamento en favor de una extensión de la Guerra contra Libia — un espectáculo deprimente cuando uno sabe que Layton y sus consejeros saben perfectamente que este conflicto no tiene nada que ver con humanitarismo y tiene todo que ver con imperialismo. El NDP trató de camuflar sus principios perdidos con algunos arreglos que Harper no tuvo problema en aceptar –porque no alteraban en nada la realidad de nuestra injustificable intervención en ese país. ¿Cómo intenta ahora el NDP oponerse a la compra de $ 30.000 millones en aviones bombarderos, diseñados especialmente para este tipo de aventura? Queda por verse.
El 70 por ciento de los canadienses, quienes dijeron oponerse a la extensión de 3.5 meses, puede agradecerle a Elizabeth May del Partido Verde, quien negara su apoyo a la moción que gracias a ella no pudo ser unánime. Ella fue la única parlamentaria con principios en el Parlamento ese día.

Murray Dobbin, http://murraydobbin.ca/
(traduce Nora Fernández)

1 comentario:

  1. Les recomiendo que comprueben quién es realmente Jean-Paul Pougala. Y si merece credibilidad.

    Un saludo.

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