Agencias
Los teléfonos de la legación brasileña en la capital estadounidense fueron “pinchados” en vísperas del encuentro entre Fernando Henrique Cardoso y George W. Bush en 2001.
Encuentro presidencial en la Casa Blanca en 2001. Años antes, en 1994, la cancillería de Brasil había adoptado medidas para contrarrestar la violación telefónica de que presumía que eran objeto los funcionarios de la misión en Washington. (Archivo)
El ex embajador Rubens Barbosa afirmó que la misión diplomática brasileña en Estados Unidos fue objeto de espionaje en 2001, mientras documentos reservados publicados este domingo por la prensa revelaron la sospecha de que hayan existido casos similares en la década de los 90.
Barbosa, quien fue embajador en Washington entre 1999 y 2004, envió en marzo de 2001 un telegrama a la cancillería brasileña en el que manifestó que estaba “seguro de que hay pinchaduras en las líneas telefónicas” de la legación.
Recordó que entonces planteó el caso ante el Departamento de Estado estadounidense, pero no obtuvo respuestas: “Nadie informó sobre quién fue el autor, qué querían y qué estaban buscando de nosotros”, dijo.
Esas supuestas escuchas ilegales ocurrieron en vísperas del viaje a Washington del entonces presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, quien fue recibido por su colega estadounidense, George W. Bush.
El canciller brasileño de aquella época, Celso Lafer, señaló que durante su gestión “la recomendación dada era la de no hablar por teléfono” o evitar conversar por ese medio sobre aquello que “no se quería que fuera sabido”.
La declaración de Lafer parece una admisión implícita de que ya entonces se sospechaba que Estados Unidos espiaba las comunicaciones de la embajada brasileña.
De hecho, varios años antes, en 1994, la cancillería de Brasil había adoptado medidas para contrarrestar la violación telefónica de que presumía que eran objeto los funcionarios de la misión en Washington.
Una de esas medidas fue la instalación de un teléfono que contenía un sistema de seguridad criptográfico, según consta en un telegrama despachado en septiembre de 1994 por la cancillería al entonces embajador, Tarso Flecha de Lima.
El registro de esos episodios está contenido en una serie de comunicaciones confidenciales del período 1990-2001 que el servicio exterior brasileño desclasificó y el diario Folha de Sao Paulo publicó hoy por primera vez.
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